Utilizar el ordenador en la escuela no implica automáticamente que los alumnos adquieran mejores competencias, según un estudio publicado este lunes por la OCDE en el que esta organización pide que los sistemas educativos inviertan con más eficiencia en el aprendizaje de las nuevas tecnologías.
«Es necesario que los sistemas escolares encuentren formas más eficaces de integrar la tecnología en la enseñanza y el aprendizaje para proporcionar a los docentes entornos de instrucción que apoyen las pedagogías del siglo XXI», resume el director de Educación y Habilidades de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, Andreas Schleicher.
El autor del informe «Students, Computers and Learning: Making the Connection», Francesco Avvisati, que utiliza datos de 2012, explicó a Efe que los resultados en los países de América Latina estudiados están caracterizados por una «profunda división en la sociedad» con respecto al acceso a las nuevas tecnologías.
Recordó que estos países han sufrido el mismo problema que la mayoría de la OCDE: la inversión en ordenadores y el uso de la tecnología por parte de los alumnos no acarreó necesariamente un mejor desempeño de sus habilidades digitales.
«La tecnología es solo un medio, no una varita mágica», dijo Avvisati, quien destacó a Singapur y Australia como dos países que, con métodos diferentes, han conseguido optimizar el recurso de las nuevas tecnologías en beneficio de una mejor educación.
El informe arroja que el 42 % de los alumnos de 15 años de Corea del Sur y el 38 % de los de la urbe china de Shanghái utilizan una computadora en el colegio, frente a la media del 72 % del conjunto de los 64 países analizados, todos los de la OCDE y 30 Estados o economías asociadas.
Sin embargo, los surcoreanos y shanghaineses están entre quienes obtienen mejores resultados en las pruebas del programa PISA de la OCDE sobre lectura digital y matemáticas computerizadas.
«Contrasta que en los países en los que es más común que los estudiantes utilicen internet en el colegio para sus tareas, los resultados de los alumnos en lectura empeoraron entre 2000 y 2012, de media», agrega el estudio.
Los expertos de la OCDE concluyen que las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) que diariamente utiliza buena parte de la población en su quehacer cotidiano «no se han adaptado aún a la educación formal».
«De hecho, los resultados PISA no muestran mejorías significativas en comprensión lectora, matemáticas o ciencia en los países que han invertido masivamente en TIC para la educación», subraya el informe.
Esto no significa que las escuelas deban renunciar a las nuevas tecnologías, advierte la OCDE, pues «los estudiantes que no adquieran unas competencias básicas» en ofimática y navegación por internet «se verán imposibilitados para participar completamente en la vida económica, social y cultural que les rodea».
Es más, el estudio en los países o regiones donde los alumnos manejan mejor las tecnologías de la información, siempre según los resultados del informe, son aquellos que tienen muy desarrolladas las infraestructuras digitales, como Singapur, Hong Kong o Japón.
«Y sin embargo, los estudiantes en esos países no están más expuestos a internet en el colegio que la media de la OCDE», subrayan los expertos.
Aunque la «brecha digital» media no ha aumentado entre 2009 y 2012 en ninguno de los países analizados, las diferencias socioeconómicas siguen marcando una diferencia, añaden, y la «habilidad para utilizar las TIC para el aprendizaje se explica principalmente, si no completamente, por la diferencia observada en capacidades académicas más tradicionales».
«Así que, para reducir las desigualdades y beneficiarse de las herramientas digitales, los países deben mejorar primero la equidad en la educación» y asegurarse de que «cada estudiantes alcanza un elevado nivel mínimo de lectura en lectura y matemáticas».
La formación del profesorado en medios digitales es una de las pistas que ofrece la OCDE para mejorar el rendimiento de los alumnos.
Pero también alerta de que padres y docentes deben tener cuidado con los riesgos derivados de las nuevas tecnologías, como el exceso de información, el plagio, el fraude, las violaciones de privacidad o el acoso digital.
«Los estudiantes que pasan diariamente más de seis horas ‘en línea’ fuera del colegio corren un particular riesgo de afirmar que se sienten solos en la escuela, llegar tarde a clase o incurrir en absentismo académico», apunta el estudio.