Por:  M.Ed. Laura Lizeth Puente Hinojosa

No es algo nuevo querer llevar a cabo una conexión de este tipo con el fin de mejorar el Proceso de Enseñanza- Aprendizaje, prueba de ello es la atención que le han brindado investigadores, gobiernos, programas y diversos proyectos a lo largo del tiempo a esta temática.

Con el firme propósito de contribuir a la calidad formativa de los niños se estructura una fusión de elementos para cumplir un objetivo: el desarrollo integral del alumno, es necesario e indispensable implementar el trabajo colaborativo entre docente, padres de familia y alumnos; buscando que el ideal se extienda a cada ramo involucrado para lograr un mejor rendimiento escolar en nuestra niñez.

Si bien existe una serie de factores que influyen contrariamente en que esta comunión se concrete de manera idónea tales como: la imperante necesidad de trabajos de tiempo completo debido al contexto económico, lo que a su vez conlleva  que familiares lejanos o terceras personas se hagan cargo de los alumnos, familias disfuncionales, entre otros, también es cierto que gracias a las nuevas tecnologías y a la capacidad logística de los docentes podemos encontrar vías de comunicación efectivas para hacer llegar la información necesaria y así cumplir con este aspecto de esta finalidad educativa.

 

LOS NIÑOS

Los niños en la actualidad no son solo una visión a futuro, están presentes, tienen exigencias y dudas que demandan soluciones, son parte central del proceso enseñanza-aprendizaje; se sabe y es totalmente visible que los niños usan el trabajo colaborativo muy a menudo sin tener noción que se está trabajando de dicha manera, lo podemos observar en los momentos de juego con sus iguales en donde generalmente participan ya sea en conjunto o pequeños grupos organizándose para que el juego funcione mejor.

 

PADRES DE FAMILIA

El proceso educativo no da inicio al ingresar a una institución educativa formal, cuando una pareja toma la decisión de establecer una familia día a día experimenta una nueva perspectiva, una enriquecedora experiencia con tintes distintos sin que los ya pasados sean mejores o peores, sencillamente incomparables, se tiene que aprender a vivir cada momento con sus virtudes y adversidades, desde el nacimiento y durante el resto de la vida, el grupo familiar proporciona educación llamada “no formal”. El hogar siempre será la primera escuela, en donde le brindan los conceptos y normas básicas por medio de las interacciones con las figuras de apego quienes fijarán límites estables a sus hijos.

Es relevante el papel de la familia ya que como puede favorecer enormemente al proceso enseñanza- aprendizaje puede entorpecerlo al usar técnicas inapropiadas; por ejemplo: Meece (2000) nos afirma que los padres que normalmente se sirven de la fuerza física para controlar a los demás ofrecen un modelo agresivo que estimulará a sus hijos.

Definitivamente dos cabezas piensan mejor que una, se debe promover que el padre de familia vea a la institución educativa como un espacio incluyente en el que también hay lugar para ellos, en donde se le puede apoyar y orientar para manejar situaciones que influyen en los alumnos de una forma oportuna, esto permitirá coadyuvar el proceso orientador de los alumnos y a la vez que los padres de familia accedan a mayor y mejor información para apoyar a sus hijos; son ellos los que tienen las primeras experiencias de aprendizaje, los que los hacen sentir queridos, importantes y capaces.

Los cuidados, caricias y palabras brindadas todos los días, proporcionan a los niños recursos para enfrentarse al mundo, son testigos de momentos inolvidables: contemplan su sueño,  fomentan los primeros aprendizajes, observan su evolución, sus pérdidas y sus logros; son testigos de la creación y formación de un nuevo ser, se convierten en cómplices de sus conquistas; o al menos así debería ser.

Báez (2007), nos dice en su artículo publicado por la Secretaria de Educación del estado de Tamaulipas: “En cada escuela la asociación de padres de familia tiene un gran sentido social, en muchas ocasiones es lugar para el encuentro donde se conjugan esperanzas por una vida mejor; es una gran institución en donde trabajan juntos por una meta.”

Es labor del padre de familia estar con su hijo y propiciar que tengan éxitos escolares y personales, aprender juntos, acompañarlos en el reto de formarse; es evidente que se necesita de valor y tiempo para encontrar soluciones a situaciones que se presenten pero es necesario si queremos transformar y mejorar la calidad de vida de los niños tamaulipecos.

 

DOCENTE

La falta de vinculación entre los actores del proceso educativo provoca comunicación carente y confusión en los niños, los más pequeños requieren de las personas adultas en un primer momento para subsistir y después para adquirir conocimientos y prácticas culturales que les permitirán en un futuro integrarse a la sociedad para reconocerse como miembros de la misma. Aquí reside la importancia de estar “en la misma sintonía” para llevar de la mano a los alumnos y evitar entrar en contrariedades que puedan llegar a confundirlos.

Un error común del docente es citar al padre de familia para dar quejas “directas”, creando así una relación poco cordial y poco motivante, si bien es necesario brindar información se tiene que encontrar la mejor manera de darla a conocer sin causar efectos desfavorables.

En la actualidad un profesional de la educación tiene que responder a las demandas de la sociedad, es por ello que en  los planes y programas de estudios de las escuelas normales formadoras de docentes a lo largo del tiempo se han preocupado por ello: el plan de estudios 2012 de la Licenciatura de Nivel primaria incluye aspectos como los siguientes en sus perfiles de egreso:  “Los rasgos deseables del nuevo maestro”: Plantea, analiza y resuelve problemas, enfrenta desafíos intelectuales generando respuestas propias a partir de sus conocimientos y experiencias. En consecuencia, es capaz de orientar a sus alumnos para que éstos adquieran la capacidad de analizar situaciones y de resolver problemas.

Sin lugar a dudas el docente tiene frente a él un imponente desafió, los alumnos quieren más, lo exigen, día a día se integran a una sociedad que espera un cierto nivel de calidad y eficacia y existen múltiples recursos y técnicas que facilitan el aprendizaje de ello.

Es parte de nuestro trabajo enfrentar dicho desafió, asumir responsabilidades para lograr formar pequeños individuos que se interesen por actuar con bien, con entereza ante un mundo que los espera pero que a su vez demanda cada vez más  por parte de sus aspirantes.

Con la ayuda de nuestros alumnos las mañanas de trabajo son mucho más ricas en cuanto a experiencias y claro, mucho más llevaderas; son la energía que nos hace seguir trabajando día con día, y si a esto le aunamos la colaboración de los padres de familia definitivamente el aprovechamiento sería aún  mayor.

El trabajo en conjunto de todos los adultos que tienen a su cargo la acción y conducción general de la preparación del menor creará el clima emocional de confianza, seguridad y alegría que necesitan los niños para aprender y desarrollarse adecuadamente.

Murillo (2003) a su vez estudio a Michael Fullan (2000) quien afirma que el cambio escolar depende de lo que los profesores hagan y piensen. Es aquí en donde se encuentra el factor de cambio.

 

CONCLUSIONES

Si bien no es una generalidad, una parte de la población estudiantil carece de seguimiento de lo visto en clase en su hogar por lo cual los conocimientos adquiridos no tienen continuidad, por ende lo aprendido no es tan rico o tan fructuoso como podría serlo si se llevara a cabo un trabajo colaborativo entre docente y padres de familia lo que permitiría hacer una retroalimentación y fortalecimiento de lo abordado en clase y por consiguiente lograr un mejor rendimiento escolar, así mismo llevar a cabo una mañana de trabajo más efectiva por parte del educador.

Realizar este ejercicio nos permitirá conocer e investigar las formas y estrategias de llevar a cabo el trabajo colaborativo y en un futuro desarrollar estrategias propias que apoyen a las particularidades de cada docente y sus estudiantes.

Favorece al alumno dando un mayor parámetro de campo de estudio y retroalimentación al no limitarlo solo al aula si no que continúa durante su vida cotidiana, al docente le permite tener un apoyo más para su mejor desempeño y para el logro de objetivos específicos planteados con la finalidad de obtener el desarrollo óptimo del alumno. Por su parte los padres de familia se ven favorecidos al estar enterados de lo que hacen sus hijos en clase, se vuelven un apoyo y a la vez puede tener una mayor convivencia y afinidad con sus hijos.

 

BIBLIOGRAFIA

BAEZ, Mariano, 2007, Revista del Consejo Estatal Técnico de la Educación “Edición Educativa”, SET Año 2 No.4 Enero- Junio, pp.51.

MEECE, Judith, 2000,  “Desarrollo del niño y del adolescente”, Biblioteca para la actualización del maestro, SEP, Mc Graw Hill, , México, pp.301

MURILLO, Javier, 2003, “Lecciones aprendidas para la mejora de la eficacia escolar”, Revista Escuelas de Calidad “Educare” Año 1 No.3, México, pp.13