La falta de luminosidad, el tono apagado o el acné son solo algunas formas en las que se manifiesta. Te contamos cómo afrontar este desafío para el cuerpo y la mente.

Todo el mundo ha estado alguna vez estresado. Como nos recuerda el doctor Eduardo Esteban, dermatólogo en clínica Doctor Morales Raya, «el estrés es una respuesta normal y fisiológica de adaptación que forma parte de nuestras vidas”. Sin embargo, conviene conocer más a fondo sobre este asunto que afecta a 2,1 millones de personas con un cuadro depresivo, el 5,25 % de la población mayor de 15 años de todo el país, según la Encuesta europea de salud, cuyos datos difundió el Instituto Nacional de Estadística (INE). Los psicólogos y coaches distinguen dos tipos de estrés: un estrés positivo o eustrés (que es el que podemos tener cuando nos ascienden profesionalmente, nos vamos a casar o estamos esperando un bebé) y un estrés negativo o distrés (que es el que sufrimos en un atasco, por ejemplo). Además, hay un término al que también conviene hacer alusión: el estrés oxidativo. Este es el que se produce ante un desequilibrio entre los radicales libres que se generan de manera natural en el cuerpo, y la capacidad de nuestro organismo de contrarrestarlos. Ahora bien, ¿qué relación hay entre los dos primeros tipos de estrés y este último y cómo se ven en nuestra piel reflejados los nocivos efectos del estrés en general? ¡Atenta porque esto te va a interesar!

¿Cómo se ve el estrés reflejado en nuestra piel?

Según el doctor Eduardo Esteban, el estrés hace que aumente a nivel hormonal en nuestro organismo el cortisolTambién la adrenalina y otros mediadores inflamatorios, como la histamina, lo cual puede inducir en nuestros órganos, y concretamente en nuestra piel, un estado proinflamatorio. Si este estímulo se mantiene, podremos notar, a medio o largo plazo, falta de luminosidad en la piel, adquiriendo esta un tono más apagado, y un aumento en la producción de sebo o grasa cutánea.

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Además, le hemos preguntado a Marta García-Legaz, dermatóloga y divulgadora médica en IMR por la afección cutánea relacionada con el estrés que más ve en consulta y nos dice: “vemos como empeora la dermatitis atópica, produce brotes de psoriasis, acné o urticaria”. Explica que todas estas cosas son “enfermedades con las que el sistema inmune está muy relacionado lo cual refleja la influencia del estrés en nuestro sistema inmune y neuroendocrino”.

Por tanto, el estrés es una respuesta intrínseca y fisiológica de nuestro organismo, y tiene su equivalente a nivel celular, en nuestra propia piel, en forma de estrés oxidativo. Este último estrés es una respuesta natural de las células por el hecho de ir envejeciendo, y conlleva la formación de radicales libres, los cuales tienen también un papel proinflamatorio.

¿Qué puedo hacer para que mi piel no sufra los efectos del estrés?

Nos dice Esteban que, además de llevar una dieta equilibrada y buenos hábitos, “hay activos antioxidantes en el mercado con los que podemos contar”. Preguntado por los más importantes menciona: la vitamina C, el resveratrol, el ácido ferúlico, la vitamina E o tocoferol y, también, la niacinamida. “El uso de estos compuestos, bien de forma aislada o bien combinados en sérums, emulsiones o cremas, puede ser muy beneficioso para proteger la piel del estrés oxidativo, sobre todo si además los combinamos a diario con una fotoprotección adecuada a nuestro tipo de piel”, dice el experto.

Ahora bien, si hemos sufrido un envejecimiento prematuro a causa de los malos hábitos, una dieta desequilibrada, falta de descanso e hidratación y estrés, lo que tenemos que hacer según la doctora Beatriz Beltrán es empezar por el tratamiento más básico, es decir, por una limpieza profunda de la piel. A continuación, “recomendaría tratamientos como el láser Fotona 4D, que combina dos tipos de láser a cuatro niveles con el fin de trabajar desde las capas más superficiales hasta las estructuras más profundas”.

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La alimentación nos ayuda a combatir el estrés

Como comenta Natalia Quintero, en situaciones de estrés hay nutrientes que no podemos descuidar, debido al mayor desgaste de energía y nutricional en general que causa. De manera concreta, Natalia recomendaría la ingesta de antioxidantes debido a que el estrés es un factor relevante de estrés oxidativo en el cuerpo, vitaminas del grupo B y mineral magnesio, fundamentales para el buen mantenimiento para apoyar las funciones energéticas y cognitivas a través de la toma variada de frutas y verduras. Asimismo, recuerda que «es importante el cuidado de la microbiota a través de alimentos ricos en fibra como frutas, verduras, legumbres, frutos secos, cereales, tubérculos». Hace referencia asimismo a la suplementación con probióticos para mantener el equilibrio en la microbiota intestinal.

La mejor manera de prevenir el daño por estrés oxidativo (que sólo podemos retrasar, ya que el envejecimiento de momento es inevitable), es ayudando a nuestro cuerpo a neutralizar los radicales libres y su exceso (ligado a nuestro estilo de vida). Y la manera de ayudarle es mediante la ingesta de antioxidantes: vitamina C, vitamina E, fitonutrientes como los carotenoides, antocianinas, taninos, resveratrol, quercetina. También los minerales selenio, cobre, manganeso, zinc y hierro en cantidades justas (no sobrepasar). Todos ellos presentes en complementos como Less stress more yes de Nutrilite, el nuevo producto que la propia Natalia Quintero presentaba hace solo unas semanas. Con vitamina B2, yodo y magnesio, que contribuyen al funcionamiento normal del sistema nervioso. También Nutrilite Immuno, que contiene vitamina C y cinc, que contribuyen al funcionamiento normal del sistema inmunitario. Son deliciosas gominolas y se recomienda consumir dos al día para reforzar las defensas.

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¿Qué tiene que tener una crema para relajar una piel estresada y cuáles recomiendan los expertos?

Según Carlos Morales, la piel estresada tiene un alto nivel de radicales libres que necesitan una mayor aportación de antioxidantes para poder ser neutralizados, disminuyendo así el estrés oxidativo. Por otro lado necesita de activos calmantes y regeneradores para favorecer el normal funcionamiento de la piel y prebióticos para restaurar la flora cutánea. Así, nuestras cremas tienen que tener:

  • Vitamina C: potente antioxidante con efecto iluminador inmediato. Uniforma el tono, neutraliza los radicales libres y estimula la producción de colágeno. Carlos Morales recomienda CE Ferulic, de Skinceutical y Endocare Radiance de Cantabria Labs.
  • Vitamina E: potente antioxidante y reparador. Ayuda a reparar y calmar la piel y neutralizar la polución. El doctor nos aconseja CE Ferulic de Skinceuticals  y Intensive Vitamin E de Esthederm.
  • Niacinamida: antioxidante, anti manchas y normalizador de la epidermis. Además clarma posibles irritaciones en pieles sensibles. Morales es partidario de usar el Serum B3 de SVR o Serum liftactive B3 de Vichy.
  • Prebioticos y probioticos: favorecen el normal funcionamiento del micro bioma o flora cutaneo, manteniendo la calidad de las defensas de la piel. Prescribe el Mineral 89 pro bióticos de Vichy.

Con todo y con ello, si prevés que vas a enfrentarte a una etapa de tu vida en la que el estrés inevitablemente va a tomar parte, te recomendamos seguir estos consejos. Además el ejercicio físico, la meditación y el yoga podrán también seguro ayudarte.