Brinda Enrique Peña Nieto discurso en la celebración del Día del Estado Mayor Presidencial

«A los efectivos que integran al Estado Mayor Presidencial, provenientes de las filas del Ejército, la Armada, la Fuerza Aérea, la Policía Federal y el servicio civil, les agradezco por esforzarse siempre en el cumplimiento de su deber».

 

Este fue el discurso que el Presidente de los Estados Unidos Mexicanos pronunció durante la celebración del Día del Estado Mayor presidencial.

 

Muchísimas gracias.

Muy buenas noches a todas y a todos ustedes.

Señor General Roberto Miranda Moreno, Jefe del Estado Mayor Presidencial.

Me da mucho gusto tener entre nosotros al Presidente de la Junta de Coordinación Política del Senado de la Republica, amigo del Presidente de la República y amigo de los integrantes del Estado Mayor.

Gracias por acompañarnos, señor Senador.

Saludo a los altos mandos del Estado Mayor Presidencial; a los servidores públicos del Gobierno de la República; a los exjefes del Estado Mayor Presidencial.

A muy distinguidos invitados, que hoy aquí nos acompañan.

Pero, de manera muy especial, con reconocimiento, con gratitud y con afecto, saludo a esta representación de integrantes de esta gran institución que tiene el Estado mexicano, el Estado Mayor Presidencial.

Saludo, de igual forma, a sus familias, que hoy aquí les acompañan, precisamente para honrar a quienes, trabajando en esta institución, cumplen fielmente con la tarea que tienen encomendada, de velar por la seguridad del Presidente de la República.

Muy distinguidos invitados, todas y todos.

Señoras y señores.

La lealtad, honestidad y profesionalismo son rasgos distintivos del Estado Mayor Presidencial, una institución consagrada a salvaguardar la integridad del Presidente de la República.

Al asumir esta elevada responsabilidad con México, cada uno de ustedes contribuye a preservar nuestros valores democráticos y garantizar la solidez de nuestras instituciones.

Por estos motivos, me enorgullece reunirme nuevamente con ustedes y sus familiares, en el Día del Estado Mayor Presidencial.

Si me escuchan un tanto mormado, es que no me escapé de que me pegara una pequeña gripa. Pero, y el General, Jefe del Estado Mayor Presidencial, todavía me insistió si estaba en condición de encabezar esta ceremonia, a la cual yo no podía fallar.

El Estado Mayor Presidencial nunca le ha fallado al Presidente de la República, y no era ocasión ésta para que el Presidente de la República no estuviera hoy con ustedes. Es un gusto el acompañarles.

Es un honor celebrar a las mujeres y hombres que de manera permanente cumplen su elevada misión, bajo los principios inquebrantables de valor y discreción, de honor e institucionalidad.

En esta fecha se renuevan los lazos de identidad y cohesión entre sus integrantes, al tiempo que reconocemos su destacado desempeño.

Con el mismo valor y entrega que demostraron los capitanes Garmendia y Montes, aquel 18 de febrero de 1913, hoy ustedes siguen velando por la seguridad del Presidente y de su familia y, al hacerlo, custodian la estabilidad y fortaleza del Estado mexicano.

Con esa misma convicción, este cuerpo técnico militar salvaguarda a los integrantes del Gabinete del Gobierno de la República, y proporciona seguridad y apoyo logístico a dignatarios extranjeros durante su estancia en nuestro país.

Un claro ejemplo de la destacada labor y profesionalismo del Estado Mayor Presidencial fue el trabajo realizado durante la reciente visita a México del Papa Francisco.

Con gran compromiso y profundo sentido del deber, el Estado Mayor Presidencial tomó las medidas necesarias para brindar protección y atención a Su Santidad.

En cada una de sus 50 actividades y en sus recorridos terrestres, a lo largo de más de 319 kilómetros, se garantizó la integridad física del Sumo Pontífice y simultáneamente la seguridad de los más de 10 millones 300 mil mexicanos que acudieron a verlo en persona.

Durante los días previos a la llegada del Papa, desde el primer momento de su arribo y hasta su partida, de regreso a Roma, el Estado Mayor Presidencial coordinó un amplio operativo interinstitucional para que las múltiples expresiones de júbilo se realizaran de manera organizada y sin contratiempos.

En esta delicada encomienda de proteger a nuestro distinguido invitado, a Su Santidad, cada uno de ustedes demostró responsabilidad, experiencia y profesionalismo.

En particular, quiero felicitar a quienes participaron directamente en los operativos de seguridad y logística, más de 800 elementos, cuya presencia fue decisiva.

De igual forma, expreso mi reconocimiento a quienes indirectamente hicieron posible esta delicada misión. Y me refiero a quienes siguieron desempeñando las diarias actividades del Estado Mayor Presidencial.

Sé que fueron largas y extenuantes jornadas para cubrir a sus compañeros asignados a esta visita. Fueron turnos dobles y más horas de trabajo.

Por eso quiero aquí hoy dejar constancia de gratitud y reconocimiento a su lealtad y compromiso inquebrantable.

De igual manera, quiero reconocer y agradecer a los elementos del Ejército Mexicano y la Marina, de la Policía Federal y el CISEN, de las diversas instancias de salud y protección civil, por su coordinación y profesionalismo durante la visita del Papa Francisco.

De igual forma, nuestro reconocimiento a los más de 200 mil voluntarios, y en especial a la Cruz Roja Mexicana, que se sumaron a este gran esfuerzo colectivo.

Esta visita ampliamente seguida por los medios de comunicación y la sociedad, permitió a los mexicanos conocer muy de cerca, quizá apreciar de mejor manera, las funciones y capacidades logísticas del Estado Mayor Presidencial.

A todos ustedes, les reitero mi mayor reconocimiento y, también, mi agradecimiento por su compromiso y lealtad.

Al General Roberto Miranda:

En nombre de mi familia y de los miembros del Gabinete del Gobierno de la República, le refrendo mi consideración por su determinación y su liderazgo al frente de esta sólida institución.

Muchas gracias, señor General.

A los efectivos que integran al Estado Mayor Presidencial, provenientes de las filas del Ejército, la Armada, la Fuerza Aérea, la Policía Federal y el servicio civil, les agradezco por esforzarse siempre en el cumplimiento de su deber.

Señoras y señores:

En el México del Siglo XXI, el Estado Mayor Presidencial se sigue consolidando como una institución altamente calificada y profesional, que sigue a la vanguardia en logística, técnica militar y seguridad.

Ustedes, los miembros del Estado Mayor Presidencial, como parte de las Fuerzas Armadas de México, han hecho de la lealtad una mística de servicio, que guía su actuar de forma permanente.

Estoy seguro de que sus seres queridos, particularmente sus hijos, muchos de ellos hoy aquí presentes, están muy orgullosos de su trabajo, del gran esfuerzo que realizan por nuestro país, por su compromiso con México.

Como Presidente de la República, soy fiel testigo de su valor, de su disciplina y eficacia; de su honor y disposición para servir a la Nación.

Reciban todas y todos ustedes mi más amplio reconocimiento y gratitud en este Día del Estado Mayor Presidencial.

Muchísimas felicidades.