Para algunas parejas, hablar del manejo del dinero puede ser más incómodo que discutir sobre la insatisfacción sexual. Algunos consejos para que las finanzas no se interpongan en el matrimonio.
Recibe llamadas sospechosas y habla en voz baja. Sale repentinamente, inventando cualquier excusa, y se angustia cuando su pareja encuentra en sus bolsillos recibos que no puede explicar. Sí, todas las señales apuntan hacia la infidelidad… pero quizás esta sea de otro tipo: infidelidad financiera, no menos dañina que la archiconocida. Quienes incurren en ella mienten sobre su dinero, abren cuentas en secreto y ocultan cualquier movimiento monetario arriesgado. Esta conducta forma parte de un fenómeno común en las relaciones, que consiste en no saber cómo discutir el tema de las finanzas.
El asunto no puede ser ignorado. Es tan grave que en la lista de causas de divorcio es la número dos, según explicó en el diario económico The Wall Street Journal la experta Michelle Perry Higgins. En Estados Unidos, el 70 por ciento de los matrimonios cita el dinero como el villano responsable de la separación, y de acuerdo con el servicio de consejería inglés Relate, uno de cada cinco británicos afirma que los problemas económicos son los que generan mayor tensión y ansiedad en las relaciones. Las molestias ocasionadas porque uno de los dos tiene gustos más caros o por no saber cuánto gana el otro son habituales.
Cuando empieza un noviazgo es normal que sea embarazoso hablar de plata. Pero muchas parejas siguen con el tabú a pesar de haberse prometido compartirlo todo. Y así como es crucial discutir si se va a tener hijos o no, hay que conversar acerca del manejo de la economía del hogar. No hay que esperar a que lleguen a la casa las cuentas de una tarjeta de crédito en rojo para hacerlo. La financista y asesora María Inés Luna resume su consejo con cinco ces: comunicación, claridad, contabilidad, confianza y colaboración. “No hay una fórmula mágica, pero cualquier estrategia financiera de pareja debe incluir estos ingredientes.
Cuando se adquiere un compromiso hay que asignar responsabilidades de quién paga qué, organizar el presupuesto y fijarse metas conjuntas”. Explica que a sus clientes suele funcionarles dividir los gastos proporcionalmente al sueldo, pero les recomienda siempre crear un fondo de ahorro común, aunque es bueno que los esposos conserven cierta independencia: “Qué pereza tenerle que pedir plata a mi marido para comer con mis amigas. Me parece terrible que se manipule al otro con dinero. Pero tampoco creo en la consigna ‘lo mío es mío y lo tuyo es tuyo’, eso no ayuda a construir hogar”.
La coach Isabel Londoño trabaja el tema a partir de dos preguntas clave: “¿Cuál es el nivel de confianza que hay?, si la respuesta es que no existe, mejor no se case. Y la segunda es ¿dónde están económicamente y cuáles son sus ambiciones? Es muy probable que las parejas tengan personalidades financieras distintas, por ejemplo, si ella es organizada y generosa y él desordenado y tacaño. Ella quiere ser estrato 8 y él solo desea una vida cómoda”. Pero explica que no por eso hay que tirar la toalla. “No existe una planeación que pueda anticiparse a todas las complicaciones de una vida en pareja que comienza. Se debe aceptar que hay un conflicto potencial y por eso es tan importante aprender a negociar, manteniendo una capacidad de diálogo y revisando periódicamente los patrones que van apareciendo”. Después de todo, es como la fusión entre dos empresas que ya vienen operando con sus activos y reglas del juego.
El tacaño vs. el generoso
Así como hay estresados y relajados, cariñosos y fríos, hay distintas personalidades financieras y es importante conocer la de la pareja para tomarles ventaja a los conflictos. Según Scott y Bethany Palmer, autores de libros sobre el tema, están los arriesgados y los que buscan la seguridad, los ahorradores y los gastadores. Cuando dos opuestos se juntan es común la infidelidad financiera: el arriesgado no querrá contarle al asegurador su última movida para evitar recriminaciones. Aunque es lógico pensar que los despilfarradores incurrirán en dicha infidelidad, también los ahorradores engañan y pueden ocultarles cuentas a sus parejas para evitar que abusen de ellas. Aun así, los autores coinciden en que los polos opuestos muchas veces se complementan: “El ahorrador necesita al gastador, y el gastador al ahorrador”. Advierten que sus personalidades no van a cambiar, pero que pueden entender al otro y aprender de su manejo monetario. De hecho, dos ahorradores juntos no son la receta del éxito: a pesar de compartir la misma personalidad, tendrán gustos distintos.
El presupuesto
La financista María Inés Luna recomienda hacer un cuadro en Excel, lo más
detallado posible, con los siguientes puntos:
INGRESOS
Sueldos, comisiones, honorarios, arriendos, dividendos
TOTAL INGRESOS
GASTOS
Vivienda
Arriendo o cuota hipotecaria,
administración, servicios (agua, luz, gas), servicio de cable e internet
Hijos
Colegios, transporte, salidas, fiestas, regalos, mesadas, vestuario.
Casa
Mercado, empleada doméstica
Varios
Celulares, salidas, almuerzos diarios
gasolina o transportes, mantenimiento vehículos, seguros, medicina prepagada
Financieros
Tarjetas de crédito, créditos de consumo
Imprevistos
Cuota de ahorro para fondo
de emergencia
TOTAL GASTOS
NETO MES (TOTAL INGRESOS MENOS TOTAL GASTOS)
Fuente: Fucsia.com