¿Me lo hago o no me lo hago? ¿Cuánto me durará limpio? ¿Requiere mucho mantenimiento? El estilista Eduardo Sánchez nos da cinco los mandamientos para acertar con tu flequillo.

1. Retocarás las puntas al menos cada tres semanas.Si se difumina el diseño, perderá toda la gracia. Además, ten en cuenta que cuanto más en contacto con la piel está, menos tarda en ensuciarse. ¿Una solución? Utiliza champús en seco o en días alternos lávate solo el flequillo.
2. Elegirás el diseño según la forma de tu rostro. Ten en cuenta que puede ser un método inflable para achatar caras alargadas. Si además tienes facciones muy angulosas, una nariz aguileña o una frente enorme puede ser un arma de distracción (te ayuda a suavizarlas). Por el contrario si luces una melena a lo afro, tienes la frente muy pequeña o el cabello demasiado fino, opta por otros peinados. ¿Aún tienes dudas? Pásate por el salón y consulta con el estilista.

3. Controlarás las herramientas para domarlo. El secador es básico ya que debes medir tanto la cantidad de aire como el calor que desprende. Cuando tu pelo es liso lo mejor es trabajarlo manteniendo su caída natural y fijarlo con una laca ligera que se retire con tan solo cepillarlo. ¿Tiene forma? Alíate con un cepillo y una crema de peinado que mantenga las cutículas controladas y pulidas.
4. Probarás el estilo antes de cortar por lo sano. No te lances al vacío sin haber testado antes un postizo. Son perfectos para convertirlos en un accesorio más de tu look y la solución para las indecisas. ¿Ya no hay marcha atrás? Tampoco te preocupes, antes de que te des cuenta habrá crecido.
5. Déjalo crecer con dignidad. Si temes ese horrible momento en el que ni empieza a dejar de ser un flequillo decente, el experto asegura que hay tres trucos básicos: dirigirlo hacia un lateral, peinarlo hacia atrás y sujetarlo con una diadema o echar mano de los productos de styling.

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